miércoles, 25 de abril de 2018

CUESTIONES PREVIAS.

Tras el anuncio en diferentes medios de comunicación de que el gobierno de coalición en minoría de El Campello había entregado a los diferentes grupos políticos municipales una propuesta de presupuesto para el ejercicio 2018, me planteo algunas cuestiones previas, sin conocer los pormenores del documento presupuestario.
En primer lugar, y coincidiendo con otros grupos políticos, el porqué no se han presentado unos presupuestos ni en 2016 ni en 2017, asumiendo los aprobados y prorrogados en 2014 por el Partido Popular. La cuestión del equilibrio de fuerzas no es, en mi opinión, un argumento convincente, pues el mismo equilibrio es el que se da en la actualidad. Ni la falta de personal, ni otras cuestiones burocráticas es argumento, ni suficiente ni convincente para no haber presentado una propuesta que, basada en los números de las sucesivas liquidaciones, hubiese propiciado un debate político más allá de la mera gestión.
Si algo se presuponía en los grupos que compusieron el gobierno municipal en 2015, era el compromiso de cambio. Pero no un cambio de nombres y personas, sino un sustancial cambio de politicas, porque ahí es donde radican las diferencias.
Desde un punto de vista mínimamente análítico, la elaboración de la principal propuesta que reúne algo más que declaraciones de intenciones puede ser abordada desde diferentes perspectivas. Y ahí me planteo la segunda cuestión previa: ¿Cómo se ha elaborado el documento?, ¿partiendo de lo existente e incrementando las políticas ya realizadas con pinceladas de mero maquillaje, desde una perspectiva racional, analizando los problemas, recursos y el impacto de las políticas?. ¿Hay un criterio político que sustente la propuesta o son meras cuestiones técnicas?. Y esto lo digo porque, uno de los anuncios se refiere a una importante inversión en recursos tecnológicos cuando el gobierno ha sido incapaz ni siquiera de adaptar la web municipal (estática y claramente ubicada en el pasado 1.0 cuando ya se está en el 2.0: interactividad, inteligencia, etc).
Otra cuestión es el talante que, al menos discursivamente se plantea: una rueda de contactos para "explicar y recabar apoyos". ¿Expicar?. Creo que el actual gobierno no ha analizado convenientemente el contexto en el que se encuentra. Y éste no es otro que una fragmentación en el que la alcaldía la ostenta la cuarta fuerza política, por ejemplo. Así que la cuestión no es "explicar": la cuestión es plantear propuestas e intentar que las políticas tengan un recorrido y una estabilidad a medio plazo, como mínimo. Y para ello, es necesario que la pluralidad tenga expresión en el diseño de las políticas presupuestadas, pues de lo contrario se estará incidiendo en ese mal que acusa la democracia representativa: la imposición frente al acuerdo ( la democracia representativa, como he dicho en alguna ocasión, si por algo se caracteriza es por su temporalidad: los cambios de gobierno propiciados por los procesos electorales periódicos, por lo que lograr que las políticas tengan ese recorrido a medio plazo, lograr el apoyo de "un voto más" es una actitud que no beneficia a nadie, ni siquiera a los partidos políticos).
Otra cuestión es la participación, que inevitablemente solo puede aplicarse a determinadas partidas de inversiones. Pero, ¿se va a "explicar" a la ciudadanía el contenido de las partidas, porqué se opta por incrementarlas, para qué o para quién?. Si de algo adolece nuestro sistema político es de la necesaria explicación de las políticas; la pedagogía como elemento imprescindible de ese otro concepto que es la legitimidad, no legal sino política.
Se apuntan algunas propuestas genéricas, como los 250.000 euros para la elaboración del PGOU o los 128.000 del transporte urbano. Igualmente se hace referencia, de forma genérica a partidas como cultura ( 100.000 euros más) o servicios sociales ( 177.000) sin concretar las acciones, a la espera de una explicación más detallada.
Y la última cuestión es con quién tiene voluntad de dialogar el gobierno municipal. Y no es una cuestión menor, pues en el horizonte se atisban las próximas elecciones locales. Si los antiguos socios de investidura (EUPV) apoya las cuentas, ¿a cambio de qué, de políticas o de gestos simbólicos?. Esta agrupación política, después de su salida del gobierno de coalición se ha significado por una actitud crítica y exigente, por lo que rebajar ese nivel de exigencia por cuestiones cosméticas, no sería muy explicable. ¿Ciudadanos?. Creo que, en la misma línea, esperará acontecimientos pues estrategicamente sería una situación óptima que fuera el antiguo socio quien apoyase el proyecto de presupuestos, pues de ésta forma podría seguir presentándose como la opción incontaminada que ahora reivindica.
Seguramente no será mi primera opinión sobre la propuesta política por excelencia, como son los Presupuestos. Lo que considero que sería un claro retroceso es que los argumentos fuesen meramente burocráticos y de gestión, pues ésto sería un retroceso a la voluntad expresada por la ciudadanía en 2015 y una prueba más de que el "arte de ir tirando" se confirma como penoso paradigma de la política: ¿todos son iguales?.

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