domingo, 26 de noviembre de 2017

EXIGIR RESPONSABILIDADES, POR RESPONSABILIDAD.

En el diario Información de hoy 26 de noviembre, aparece una noticia (más) que define, entre líneas, la "calidad" de los dirigentes políticos locales. El titular dice " El Campello rechaza asumir el coste de levantar el nuevo cuartel de la Guardia Civil...". Más adelante, en el cuerpo de la noticia, "explica" que el Alcalde no está dispuesto a abonar la construcción (1,5 millones).
Existen varias contradicciones en el relato informativo que el diario Información transmite a la vecindad campellera. Por un lado, el Alcalde no es quien tiene que decidir si asume o no el pago de esa obra, al no disponer el gobierno de mayoría suficiente como para acordarla. Por otro, El Campello NO rechaza abonar la obra, como más adelante explica, sino que no puede hacerlo "gracias" a una parte relevante de la herencia que la derecha gobernante durante más de veinte años ha dejado, no para el actual gobierno, sino para el pueblo de El Campello.
El grupo popular, que presenta ésta moción ( o cede parte de sus concejales para aprobar el plan económico financiero de la Piscina Municipal que debieron realizar ellos junto con el proyecto) es el grupo mayoritario en la oposición y aspirante a volver a gobierno, y lo que todavía tengo que explicarme es esa "orientación de súbdito" sobre la que la derecha se apoya para afirmar su legitimidad: una ciudadanía que acepta sumisa la sucesión de irresponsabilidades y que todavía les sigue confiando su voto. Claro, aquí se podría aducir que existen condicionantes diversos para explicar ese "voto de súbdito", como la ausencia de una alternativa clara que pueda concitar el apoyo mayoritario, y así lograr un gobierno estable.
Por otro lado, creo que es interesante centrar el foco de la atención: por una parte, el cinismo de la derecha al reclamar cosas que sabe imposibles al ser responsables directos de las circunstancias que van a condicionar la vida económica municipal de forma importante,y por otra, la falta de carácter de un gobierno que no señala y exige responsabilidades a los que, por sus decisiones, nos han situado en esta imposible encrucijada.
El Alcalde, quizá imbuido por el estatus que confiere el cargo, se "arrogó" ante el Delegado del Gobierno la potestad de decidir si se financiaba la obra o no, para posteriormente darse cuenta de que la situación de las arcas municipales era extremadamente precaria ,"gracias" a las decisiones de los gobiernos de la derecha, pero sin mencionar siquiera esa responsabilidad; no digamos iniciar las acciones necesarias para defender los intereses de los y las vecinos y vecinas.
Las reclamaciones "millonarias" de los afectados por la suspensión del Plan General de Ordenación Urbana van a condicionar, al igual que la indemnización por el parking de la Avenida Els Furs, las cuentas municipales. No disponer de un superavit construido sobre las espaldas de los vecinos, va a ser una responsabilidad que, pese a heredada, y repartida con el "sheriff Montoro", van a tener que asumir los actuales miembros del gobierno municipal. Y todo ello, sin iniciar, como decía, acción alguna para dirimir las responsabilidades políticas y técnicas, porque digo yo, que a parte de la decisión irresponsable de un político habrá existido un apoyo técnico, ¿no?.
El cinismo político nada tiene que ver con aquella escuela filosófica que propugnaba una actitud prácticamente antisistema y rechazaba la moral aceptada. Tiene más que ver con la primera acepción de la palabra en su sentido moderno:actitud de la persona que miente con descaro y defiende o practica de forma descarada, impúdica y deshonesta algo que merece general desaprobación.
A la vista, tanto de la debilidad del gobierno municipal, como de una oposición claramente anclada en el "cuanto peor, mejor", personalmente doy por perdida la presente legislatura, aunque seguramente todavía veremos cosas que nos sorprenderán o que a lo peor, nos enfadarán mucho. Las perspectivas no son demasiado halagüeñas, aunque como dijo aquel, la esperanza es lo último que se pierde.
Como bien afirma Ulrich Beck ( autor de la obra La Sociedad del Riesgo), "El ciudadano que quiere resolver los problemas que no han sabido ni prever ni evitar los especialistas, se los encuentra de nuevo entre sus manos. No tiene otra solución que mantener la delegación ( a los políticos y especialistas), pero multiplicando esta vez los dispositivos para controlarlos y vigilarlos.


 No se si hemos aprendido algo o todavía nos queda mucho por aprender.

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