"Santa wikipedia",
dice de la prductividad:La productividad debe ser
definida como el indicador de eficiencia que relaciona la cantidad de
recursos utilizados con la cantidad de producción obtenida. En el
caso que nos ocupa, es difícilmente aplicable ya que estamos
hablando de la administración pública, y por lo tanto los objetivos
son, sobre el papel, la eficiencia en la prestación de servicios, la
agilidad en la resolución de procedimientos administrativos, etc.
El
concepto retributivo variable de la productividad viene recogido en
diferentes leyes: la 30/84 de 2 de agosto, el Decreto ley 861/1986,
el Estatuto Básico del Empleado Público, etc. Pero, aunque parezca
paradógico no voy a analizar la percepción de ésta retribución en
la administración local de nuestro municipio, sino el trasfondo
político, que lo tiene.
El
pasado 27 de julio, el Pleno municipal desestimó con los votos de
toda la oposición y sólo el voto favorable del "equipo de
gobierno" ( equipo de gobierno, que pese a la insistencia en que
parezca una unidad, está compuesto por diferentes formaciones
políticas, con diferentes programas y diferentes planteamientos que,
en democracia, representan las diferentes opiniones, intereses y
valores así como programas electorales). Sorprendentemente, quien
inició el proceso de "desnaturalización" de éste
complemento retributivo, el Partido Popular, votó de forma negativa
a un reglamento que, en principio, venía a "poner orden" a
un cierto desorden (creado inicialmente por ellos mismos). Ciudadanos y Esquerra Unida también votaron en
contra, y el informe de intervención tuvo mucho que ver en la
decisión ( sobre el informe, seguiremos hablando en próximos
artículos, ya que merece un análisis pormenorizado y singular).
La
cuestión es que, la Sindicatura de Cuentas, en su
informe sobre la gestión de 2015 apuntaba la necesidad de dotarse de
un reglamento de productividad del que hasta ahora carece la
administración local. Pero la Sindicatura no conoce la totalidad de
los datos, pues si así fuera, su actuación y su exigencia habría
sido otra bien diferente. Finalmente, el Alcalde reconoció de forma
explícita que el objetivo era cumplir el requisito de la Sindicatura
y no, como otros entendieron, "regularizar" la percepción
del complemento de productividad.
Pero,
¿porqué, pese a la inexistencia de mayoría suficiente para su
aprobación, el Alcalde, como único portavoz del gobierno municipal
decidió que el punto se votaría?. He aquí la cuestión política
que motiva ésta reflexión.
En mi
humilde opinión, y pese a la retórica utilizada por el Alcalde en
su "análisis" sobre el ecuador de la legislatura, la
situación creada por el PP en 2007 no ha variado, al contrario: se
ha multiplicado exponencialmente. Las "dinámicas" de las
que habla el Alcalde, como uno de los "logros" de su
gestión, no han variado, se han multiplicado. El PP en 2007 creó un
problema, y el actual gobierno se ha dedicado, no solo a gestionar el
problema sino a incrementarlo ( solo hay que ver la evolución de la
partida destinada al complemento de productividad desde aquel año
hasta la liquidación de 2016).
En un
principio, la presión ( por ser correcto) de un grupo de
funcionarios al Alcalde Juan Ramón Varó, propició, no solo
nombramientos al margen del procedimiento establecido, sino la
asignación de una cantidad fija, periódica y por grupos, algo que
la normativa vigente impide explicitamente.
Como
señalaba en un artículo anterior, la administración sufrió
cambios importantes, siendo los de mayor calado los desarrollados
entre 1985 y 1995, con el Secretario municipal Vicente Boix al frente
de la estructura administrativa. La transformación de una administración pequeña, poco profesional en medios y recursos, y desajustada en el cumplimiento de las incipientes normas que nacían junto a la democracia, fueron un hecho, pero la llegada de la derecha al
gobierno en 1995 propició un retroceso que junto al desproporcionado
crecimiento de determinadas estructuras, condiciona en si la
prestación de servicios de forma eficiente. La imagen que la
ciudadanía sigue teniendo es que, el problema de éste pueblo, es la
administración. La cuestión ahora es, ¿Cómo se soluciona ésto?,
¿Cómo se recupera el tiempo perdido en la modernización y
adaptación de la administración a la sociedad a la que sirve?.
En un segundo artículo intentaré
presentar datos, basados todos ellos tanto en las liquidaciones
presupuestarias como en el informe de la Sindicatura y el último
informe de Intervención para seguir aclarando una situación que,
irremediablemente debe llevar a la administración hacia un punto de
inflexión: seguir siendo el problema o intentar mejoras.