El
nuevo ( ya no tanto) gobierno municipal de El Campello conocía
perfectamente la situación que heredaba. Alguno de sus miembros no
eran desconocedores al haber formado parte de la corporación
municipal la legislatura anterior. Y éste conocimiento era el que
parecía inspirar el discurso del cambio con el que los diferentes
partidos políticos ( principalmente Compromís y el PSPV-PSOE) se
presentaron ante la ciudadanía. Asuntos como: vertedero, piscina
municipal, grúa municipal, parking de la avenida Els Furs, Plan
General de urbanismo entre otros.
Sobre
el vertedero, la primera actuación fue asumir la presidencia del
consorcio, asumiendo igualmente que sus planteamientos
reivindicativos dejaban paso a una posición institucional, lejos ( y
alejándose) de los que consideró como aliados en el pasado ( los
vecinos afectados). Sobre la piscina municipal, el "marrón"
fue asumido previamente por todos, a pesar de ser conscientes (creo)
de la desproporcionalidad de una obra que no se ajustaba, ni a la
sostenibilidad ni a las necesidades. Ahora toca decidir cómo se
gestiona, aunque poco margen de actuación tiene el gobierno
municipal, algo que sabía perfectamente y que, sorprendentemente no
fue planteado previamente: la cuestión piscina fue asumida como un
asunto "institucional", asumiendo igualmente las
responsabilidades inherentes que ahora deben expresarse en
decisiones.
Sobre
la cuestión de la grúa municipal, y tras de la decisión judicial,
nos encontramos con un servicio en precario sin que ello haya
suscitado una asunción de responsabilidades por parte de nadie pese
a que supone, directa e indirectamente un costo para las arcas
municipales: para todos y todas los vecinos y vecinas. En igual
situación nos encontramos con el parking de la avenida Els furs. La
diferencia es que el tema todavía está pendiente de decisión
judicial, aunque a la vista de cómo se ha actuado, previsiblemente
nadie asumirá ninguna responsabilidad y a nadie se le exigirá.
Y
un nuevo-viejo tema salta a la agenda municipal aunque, sin ninguna
duda, nunca la había abandonado: la organización municipal.
Si
había un asunto sobre el que intervenir, éste era la propia
organización municipal. La herencia dejada por la derecha no era
solo complicada: era simplemente envenenada. Me explicaré.
Para
acceder a un puesto dentro de la carrera profesional de un
funcionario o funcionaria público, se precisa un proceso: concurso,
concurso oposición, oposición libre, donde el principio
meritocrático de igualdad, mérito y capacidad debe ser el que
defina el procedimiento. Frente a ésto, el PP lo que hizo fue
realizar nombramientos a través de lo que que en la administración
local es "decreto-ley": el decreto de la Alcaldía. Y ésto
vulneraba y vulnera abiertamente, como mínimo el principio
meritocrático. Y frente a ésto, el nuevo gobierno municipal la
única intención ha sido resolver el problema heredado a través de
un instrumento administrativo complejo. una nueva Relación de
Puestos de Trabajo. No por su dificultad técnica, sino por la
coyuntura legal en la que nos encontramos: límites presupuestarios y
retributivos establecidos básicamente en la Ley de Presupuestos del
Estado.
Apostar
por un procedimiento que nace viciado en su origen no es responsable:
la Relación de Puestos de Trabajo del año 2000 fue impugnada por
Subdelegación del Gobierno y las condiciones por las que fue
impugnada y revocada persisten, por lo que insisto, apostar por una
nueva Relación de Puestos desde la que regular lo que actualmente se
encuentra en situación irregular es una irresponsabilidad, pues su
recorrido parece previamente acotado.
El
equilibrio institucional entre las diferentes estructuras y escalones
administrativos es una garantía de seguridad jurídica aunque en
alguna ocasión ésto pueda parecer un impedimento cuando no una
injerencia en la "autonomía municipal". No es posible que
una administración vulnere las disposiciones legales por
conveniencia. Esta interpretación interesada provoca una paradoja:
¿Cómo puede la administración exigir el cumplimiento de las normas
si su pretensión es vulnerarlas?.
La
administración local tuvo un desarrollo positivo y dinámico bajo la
dirección de un Secretario Municipal ( mi admirado Vicente Boix,
desgraciadamente fallecido). La modernización de nuestra
administración local fue evidente. Pero las "injerencias"
indebidas e irresponsables en el diseño administrativo de los
representantes políticos ha creado disfunciones que la han
retrotraido a una situación claramente disfuncional, cuestión que
se debería haber abordado por el nuevo gobierno como una prioridad.
Al no haberse hecho, ahora toca asumir la responsabilidad política,
y por supuesto, dar explicaciones sobre una cuestión que
personalmente considero central: ¿la administración está al
servicio de la ciudadanía?
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