La campaña toca a su
fin. Habrá sido útil si los objetivos se han concretado en las
urnas en función de las perspectivas que cada organización o
candidatura tenía. Lo que sí es cierto es que no pasará a la
historia aunque los resultados electorales posiblemente si. Y serán
históricos, para unos en sentido positivo y para otro no tanto,
aunque el balance de los resultados, sean los que sean, se podrá
concretar si el objetivo de formar gobierno se consigue. Para ello,
con toda probabilidad se precisará, al igual que tras el 20D, de un
acuerdo entre varios e incluso diferentes actores políticos, algo
que no fue posible peroo que se presenta como una urgencia a partir
del día 27.
Mi intención no es
analizar la campaña, ni analizar los argumentos que se han
utilizado, ni si los augurios demoscópicos se han concretado. Mi
intención es reflexionar sobre posibilidades que pueden darse el
mismo 26 de junio una vez conocido el recuento de voluntades
expresadas por la ciudadanía en las urnas.
Parece ser ( así lo
indican las encuestas) que el PP será el partido más votado. Pero
pese al discurso manipulador de la derecha sobre la “coherencia”
o el sentido común de que sea la formación más votada la que
gobierne, nuestro sistema político atribuye esta responsabilidad a
quien más apoyos parlamentarios consiga reunir, algo que no parece
que el actual gobierno pueda lograr a la vista, como decía, de los
datos sobre intención de voto: la derecha y el centro derecha no
llegarán a sumar los suficientes diputados para formar gobierno en
solitario. Igualmente parece que la “gran”coalición tampoco será
posible, pese al deseo de muchos ( la derecha y el centro derecha por
un lado, y la izquierda alternativa como “solución” a su
ambición por ocupar el espacio político socialdemócrata de forma
definitiva). Seguramente, el escenario será muy parecido al que se
dió tras el 20D. ¿Entonces, pasarán los meses y tendremos unas
nuevas elecciones?. En mi opinión no. Y no porque sea un deseo
personal, sino porque prácticamente todas las formaciones politicas
llamadas a desempeñar un papel protagonista en la próxima
legislatura así lo han afirmado y, sobre todo, porque creo que la
sociedad, ni soportaría ni consentiría una situación como la
pasada.
Pero, volviendo a “lo
posible” ( que no lo deseable, al menos para mi, pero desde la
certeza y la conciencia de que lo deseable deberá modularse en
función de los equilibrios que las urnas decidan), ¿qué escenarios
podemos encontrarnos?.
Un primer escenario (
descartado al PP y la gran coalición, en principio), podría ser el
que configuran los datos de las encuestas pre electorales. Que Unidos
Podemos obtenga más diputados que el PSOE. En éste caso, la
decisión del PSOE estará condicionada por el debate interno que se
produciría con toda seguridad. El candidato y Secretario General,
tal y como lo ha manifestado, daría un paso atrás, anticipando el
debate sobre la sucesión y provocando un relevo en la cabeza del
grupo parlamentario. La dimisión del Secretario General propiciaría
la designación de una comisión gestora y una portavocía
provisional en el parlamento. Dependiendo de, si la gestora consulta
a las bases o toma el camino más conservador, se podrá ver o el
apoyo a la investidura de Pablo Manuel Iglesias o quizá la de
Mariano Rajoy en caso de abstención ( y acuerdo de éste con
Ciudadanos).
En mi opinión ( insisto,
dentro de las alternativas posibles), una decisión que permitiría,
en el hipotético caso de que Unidos-Podemos obtenga más diputados
que el PSOE, que la socialdemocracia emprendiera el camino de la
reconstrucción del proyecto, sería apoyar la investidura y dejar
gobernar a Unidos-Podemos con sus aliados, quedándose los
representantes socialistas en la oposición. En caso de que el PP y
Ciudadanos lleguen a un acuerdo y el PSOE se abstuviese, la
reconstrucción será prácticamente imposible.
En el caso contrario (
que el PSOE obtuviese mayor representación), creo que Unidos-Podemos
haría exactamente lo que yo planteaba como alternativa para el PSOE:
dejar gobernar a los socialistas con el acuerdo con Ciudadanos. Esto
situaría a Podemos en un lugar privilegiado: el liderazgo
parlamentario de la izquierda pues el desgaste de un gobierno
minoritario es algo más que sabido y comprobado. Esta opción es la
que, en mi opinión, debería haber adoptado Podemos, pero el ansia
del “sorpasso” le impidió analizar el escenario a medio plazo.
Esto, y el cálculo de que la suma del millón de votos de IU y la
fagocitación de ésta organización por Podemos, le situaría en una
posición privilegiada para adelantar, por fin a la socialdemocracia,
objetivo que desde que Anguita hablase hace años del “sorpasso”
persigue la izquierda alternativa.
De lo que si estoy
convencido es que, ya sea la opción del PSOE o de Unidos-Podeos,
será una legislatura corta e inestable, llena de tensiones y debates
que serán una prolongación del actual debate electoral y político
por ocupar espacios desplazando a otros. El tacticismo y la
estrategia seguirán primando. La cuestión está en si los partidos
y, principalmente su militancia, serán capaces de estar a la altura
y congeniar la táctica con el interés general, algo tan mencionado
como olvidado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario