domingo, 23 de marzo de 2014

LA CONCIENCIA CRÍTICA DEL PSOE

Izquierda Socialista ha sido noticia en las páginas de público en éstos últimos días. La primera aparición en los medios fue a raíz de la aprobación de la lista electoral para las Europeas , donde I.S se quejaba "amargamente" del ninguneo de "su"sensibilidad al ser, nuevamente excluidos. Hoy, y de alguna manera relacionado con la aprobación de lista, se informa que uno de los miembros históricos ( fundador, junto a Luis Gomez Llorente, Pablo Castellano, Santesmases y otros compañeros), Manuel de la Rocha, recuperará su escaño en el Parlamento ( la dimisión de Elena Valenciano propiciará que la lista corra).

El titular es, en mi opinión, excesivamente benevolente, pues aquella conciencia crítica que propició en el XVXVIII Congreso la dimisión de F.Gonzalez y la convocatoria de un Congreso Extraordinario no se transformó en una verdadera conciencia, pasando a formar parte de ese imaginario de lucha que todavía, y de alguna manera, subsiste en las filas del PsoE, Y no concreto su compromiso inicial por que en virtud de una mal entendida lealtad, se consideró que le lucha de ideas no debía transformarse en una lucha por el poder interno, siguiendo los métodos y modos de lo que en aquel entonces conformó la mayoría.

Ya en el año 1983, Ignacio Sotelo ( otro de los fundadores) denunciaba en las páginas de Leviatan la deriva "institucionalista" y el consiguiente abandono del partido en beneficio de las instituciones, o lo que es lo mismo; la supueditación del partido a la estrategia única del poder institucional abandonando el instrumento de pedagogía social (el partido).
Es cierto que las diferentes direcciones del PsoE han intentado anular la opinión crítica en el seno del partido, cuestión que debería haber motivado una estrategia por parte de IS, algo que no fue posible.

En el libro Educación Pública y Socialismo (Catarata), se plantean los porqués de aquella renuncia inicial a liderar un partido que, como afirma Antonio Garcia Santesmases, se convirtió ( siguiendo una estrategia claramente identificada con los partidos catch-all party: interclasismo, vaciado ideológico, etc, anticipándose de alguna manera a esa "tercera vía" que acabo llevando a la socialdemocracia a entregarse en brazos del neoliberalismo) en una mera herramienta electoral al servicio de la cúpula dirigente. Y aquella renuncia acarreó serios problemas para los militantes que consideraban, no solo que el marxismo seguía siendo un referente de análisis, sino que el partido tenía la obligación de mantener su carácter "pablista" ( Luis Gomez Llorente define la posición como "socialistas de viejo cuño" en su discurso en el 20 aniversario de IS con éstas palabras: los que creen que aún cuando ahora se utilice un lenguaje edulcorado para describir los fenómenos sociales, un lenguaje tan técnico y tan sociológico que a veces resulta encubridor o desorientador, la explotación subsiste, la contradicción de intereses - llámesele como se quiera- está ahí, que la dominación de unos pueblos por la prepotencia de otros es inocultable, así como que la llamada exclusión y marginalidad en nuestras sociedades, o el hambre del mundo, serían evitables mediante el uso planificado de los recursos disponibles) y su compromiso con las ideas. Esto no significaba anclarse en ese glorioso pasado, sino simplemente no perder la perspectiva de lo que eramos, de lo que somo y de lo que estamos obligados a ser). 

Recordar la verdadera persecución de los militantes de IS en la etapa en la que la Corriente se alineó con los sindicatos en el enfrentamiento con el Gobierno de F.Gonzalez, o el apoyo al NO a la OTAN.

En definitiva; la Corriente ha pasado por muchas vicisitudes para acabar hoy "emulando" las posiciones que tanto se criticaron: la fuerza de IS está en la representación institucional. No existe un censo ni una lista porque no se consideró necesario, pues parecía casi un "censo paralelo", no se considero necesario establecer una estrategia de crecimiento que, al tiempo que fortalecía IS ayudase a construir un frente de izquierdas interno que propiciase, como mínimo, una lucha de ideas que contrarrestase la deriva social liberal y entreguista que el PsoE había asumido como "inevitable".

Con Zapatero en la Secretaría General, desapareció de los estatutos el artículo que reservaba un porcentaje de representación orgánica a IS, algo que, en mi opinión, tenía que haber obligado a IS a replantearse su posición y a iniciar una expansión, un crecimiento en las agrupaciones que garantizase que su presencia fuera posible avanzando en el apoyo directo de militantes y no de tantos por ciento. Pero aquello tampoco fue considerado, ni como necesario, ni como oportuno.

Hoy, nos encontramos con la existencia testimonial de Izquierda Socialista. Una Corriente que, habiéndo desechado la confrontación interna ( de ideas y propuestas, con aceptación, evidentemente, de la democracia y con lealtad a los acuerdos, que no a los lideres), se agarra a la representación institucional como única forma de subsistencia.

Haber pertenecido a la corriente me hace seguir considerando a todos y cada uno de los que actualmente siguen considerándose como miembros de la corriente como compañeros. Compañeros a los que aprecio y en los que valoro su trabajo militante pero con los que difiero en los objetivos: recuperar el partido a través de la pedagogía política, incrementar el apoyo en las agrupaciones, expandir IS en el Estado Español como instrumento de transformación interna ( casi un 15M interno) porque, el PsoE es necesario para la lucha y es profundamente irresponsable (para un militante, evidentemente para un pagacuotas no) dejar el partido en mano de la actual élite de dirigentes cuyo objetivo dista mucho de transformar la sociedad.

Quizá esperar una reacción esté fuera de lugar, pero creo que los militantes de IS tendrían que pensarlo pues el enemigo, sí, es la derecha, pero el adversario para vencer a la derecha lo habeis ( hemos) tenido dentro de casa y habría que combatirlo igualmente ( seguir confundiendo lealtad personal con la necesaria lealtad a las ideas es, en mi opinión, un error que nunca nos perdonarán y nunca podremos perdonarnos).

Un fraternal abrazo Socialista.




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